Olamide Olowe es la fundadora de Topicals, la marca de skincare de más rápido crecimiento en Sephora y una voz que está transformando la conversación sobre las afecciones cutáneas crónicas. Con tan solo 26 años en ese momento, logró recaudar $10 millones de dólares y hoy comparte lecciones clave para cualquier mujer que busque lanzar su propia marca de skincare.
Desde pequeña, la mamá de Olamide le repetía una frase que se le quedó grabada: “siempre tienes que tener lo tuyo.” Esa mentalidad la acompañó toda su vida, dándole permiso para pensar en grande y tomar riesgos. Estudió en UCLA con una beca deportiva, y fue ahí donde una compañera de equipo, hija del fundador de Shea Moisture, le abrió las puertas a una pasantía en la marca. Entre bastidores, Olamide observaba cómo funcionaban las grandes empresas de belleza — y también lo que les faltaba. Notó que muchas marcas hablaban de inclusión, pero pocas realmente formulaban productos con pieles morenas y negras en mente. Las condiciones crónicas como la hiperpigmentación, la queratosis pilaris o el eczema eran tratadas como notas al pie, no como prioridades.
Junto con su amiga Rechelle Dennis, decidieron crear algo diferente: Topicals. Olamide aportó su conocimiento sobre piel y ciencia, mientras que Rechelle creció con el instinto empresarial que vio desde niña en su casa. Y aunque tenían contactos, no todo fue fácil. A Olamide le tomó más de dos años conseguir financiamiento, enfrentándose a más de 100 rechazos. Pero su visión era tan clara desde el inicio que nunca bajó la calidad. No lanzó una versión a medias ni esperó a que todo fuera perfecto. Se atrevió a lanzar con excelencia — porque sabía que su comunidad lo merecía desde el día uno.
Cuando Olamide era adolescente, pasaba horas en YouTube buscando soluciones para afecciones en su piel que nadie hablaba abiertamente: forúnculos, vellos encarnados, brotes intensos. No eran “estéticos” en el lenguaje tradicional de la belleza, y mucho menos representados en campañas o estanterías. Se sentía sola, como si su piel no tuviera lugar en las conversaciones convencionales. Además, solo el 3% de los dermatólogos en Estados Unidos son negros, lo que significa que muchos ni siquiera sabían cómo esas condiciones aparecían en piel morena. Esa desconexión la marcó. Y en vez de ignorarla, decidió convertirla en su causa.
Topicals nació con una misión clara: hablarle directamente a esas pieles que durante años fueron ignoradas por la industria. Olamide no solo identificó un problema: lo estudió a fondo. Su formación pre-médica le dio el lenguaje y las herramientas para entender qué ingredientes funcionaban realmente y por qué. Por eso, se negó a lanzar cualquier cosa que no estuviera respaldada por ciencia y emoción. El primer lanzamiento de Topicals fue directo al grano: Faded, para tratar la hiperpigmentación, y Like Butter, para calmar pieles secas e irritadas. Productos diseñados para personas reales con problemas reales — no fórmulas genéricas escondidas detrás de promesas vacías.
Muchos le decían que una marca así no tenía lugar. Que mostrar piel con acné o manchas oscuras no iba a generar ventas. Pero Olamide lo veía diferente: ¿cómo vas a generar confianza si ni siquiera muestras la verdad? Ella cree que la salud mental y la salud de la piel están profundamente conectadas — especialmente en comunidades marginadas. Invirtió en la psicodermatología y buscó activamente a inversores que se parecieran a ella: mujeres como Bozoma Saint John, ex directora global de marketing en Uber, y Hanna Bronfman, inversionista ángel y empresaria reconocida en el mundo del bienestar. Porque Topicals no es solo una marca de belleza, es un recordatorio de que nuestra piel también merece ser celebrada — tal como es.
Cada “no” llevó a Olamide a perfeccionar su mensaje. Aprendió a no tomar el rechazo como algo personal, sino como retroalimentación sobre su enfoque, su visión y su claridad. En lugar de rendirse, afinaba el pitch: ¿cómo vas a llevar esto a retail?, ¿a quién sirve realmente?, ¿por qué ahora? Esa práctica constante —junto con la disciplina que heredó del atletismo— la hizo llegar más fuerte a cada reunión, hasta que las puertas correctas se abrieron.
Antes de lanzar un solo producto, Olamide ya estaba creando una comunidad. No fue una estrategia de marketing, fue instinto. Quería cambiar la forma en que hablamos de la piel: no como un problema que hay que esconder, sino como parte de quiénes somos. Su marca nació de la convicción de que la piel tiene historia, memoria y emoción. Y que esas historias merecen espacio.
Desde sus primeros días, Topicals se sintió diferente. En lugar de perseguir la estética pulida y aspiracional de la industria, Olamide eligió colores vibrantes, narrativas sin filtro y un compromiso real con la salud mental. Donar el 1% de las ganancias a organizaciones que atienden a comunidades marginadas no fue un gesto simbólico, fue parte del alma del proyecto. Para ella, hablar de piel sin hablar del impacto emocional que tiene vivir con condiciones visibles era incompleto.
Además, entendía algo que muchas marcas ignoran al principio: los márgenes. Cuando entras a retail, como Sephora, ellos pueden llevarse hasta el 60% de cada venta. Por eso insiste en que, si eres emprendedora, construyas comunidad primero y te mantengas vendiendo directamente el mayor tiempo posible. Esa conexión directa no solo protege tu negocio, sino que te da algo más valioso: confianza, lealtad y una razón real para existir.
Desde el principio, Olamide tuvo claro algo que muchas emprendedoras aprenden tarde: no hay segundas oportunidades para una primera impresión. Mientras otras startups lanzan productos como pruebas piloto, ella sabía que tenía que llegar lista, no perfecta, pero sí preparada para impresionar. Por eso, cuando Topicals salió al mercado, no parecía una marca nueva — parecía una marca que ya llevaba años entendiendo a su comunidad.
Cada detalle estaba pensado. El empaque llamaba la atención, sí, pero era el contenido lo que convencía: fórmulas científicamente respaldadas, ingredientes efectivos y una narrativa que hablaba con autenticidad. La marca no buscaba ser una más en la estantería. Quería que cada persona que usara Topicals sintiera que estaba invirtiendo en algo mejor — algo que combinaba el rigor de la dermatología con la empatía de una amiga que te entiende.
Esa intención de lanzar con excelencia, y no con excusas, posicionó a Topicals como una marca premium con propósito. En un mar de promesas vacías, Topicals destacaba por tener una razón de ser, y por decir: estamos aquí, somos distintas, y merecemos este espacio desde el día uno.
Olamide se define como una soñadora antes que una planificadora — alguien que lidera con visión más que con estructuras rígidas. Pero lo que la distingue es su conciencia de sí misma. Sabe que soñar no basta, y por eso ha creado un equipo que convierte sus ideas en estrategia y acción. Si eres brillante en marca y marketing, dice, necesitas a alguien igual de brillante en finanzas o en operaciones a tu lado. Ese equilibrio es lo que transforma las grandes ideas en negocios reales. Para Olamide, el futuro no se trata de trabajar más duro, sino de construir sistemas que escalen y rodearte de personas que sean excelentes en lo que tú no.
Aunque el ritmo de la industria puede ser implacable, Olamide ha aprendido a ver el descanso no como un lujo, sino como parte del trabajo. Protege su energía con intención — se da el tiempo para pausar, reflexionar y disfrutar. Para ella, descansar no es un premio después del agotamiento; es lo que le da claridad. En esos momentos de calma, se hace las preguntas importantes: ¿Dónde quiero estar en cinco años? ¿Quiero estar trabajando sin parar o construyendo algo que me permita vivir con plenitud?
Olamide se describe como una soñadora más que una planificadora — pero sabe que descansar alimenta esos sueños. Y con un equipo que sabe cómo trazar el “cómo”, ella puede enfocarse en el “por qué”. Ese equilibrio entre imaginación y ejecución, entre ambición y bienestar, es lo que le permite liderar Topicals con claridad y propósito.